Paralelamente, se comenzó con una investigación estratégica de palabras clave con enfoque SEO. El objetivo era entender cómo se estaban buscando los servicios y contenidos relacionados con la marca, para optimizar desde el inicio la estructura del sitio web y su contenido textual. Esta investigación no solo sirvió para el contenido digital, sino que también brindó claridad sobre el lenguaje y los temas de interés de la audiencia.
Con esa base, se diseñaron wireframes detallados que definieron la arquitectura de información del sitio, sus jerarquías y la distribución estratégica de los bloques de contenido. Esta etapa permitió visualizar de forma clara cómo se comunicarían los servicios, testimonios, valores institucionales y llamados a la acción.
Los wireframes también ayudaron a alinear expectativas y definir prioridades antes de avanzar al diseño visual.
El diseño web fue concebido como una extensión fiel del nuevo branding. Se creó una interfaz completamente responsiva, pensada para ofrecer una experiencia de navegación fluida, accesible y emocionalmente alineada con la identidad renovada.
Además, como parte del enfoque centrado en el usuario, se implementaron técnicas de UX Research como mapas de calor y el análisis de datos a través de herramientas como Google Analytics. Estas acciones se integraron a una estrategia de seguimiento de campañas de ventas lanzadas en plataformas como Meta (Facebook e Instagram Ads), lo que permitió identificar puntos de mayor interacción, refinar los contenidos más efectivos y optimizar los flujos de conversión con base en comportamientos reales de los usuarios.
También, como parte de la estrategia de implementación, se trabajó en el diseño de artes para redes sociales, alineados visualmente con la nueva identidad, permitiendo extender la coherencia de marca hacia canales de comunicación diarios, logrando una presencia digital más sólida, unificada y profesional.